📝    HISTORIA EN BREVE

  • La luxación primaria del cristalino (PLL, por sus siglas en inglés) es una enfermedad ocular hereditaria de los perros en la que el cristalino se desplaza de su posición debido al desgaste de los ligamentos, lo que provoca pérdida de visión y ceguera
  • Los síntomas más comunes son lagrimeo, ojos entrecerrados, visión nublada, dolor, enrojecimiento, cambios en la pupila y manchas blancas delante del iris, que suelen aparecer entre los 3 y los 8 años de edad
  • Debido a mutaciones genéticas que afectan la fuerza del ligamento ocular, existen razas de alto riesgo como los Terriers, Crestado Chino, Shar Peis, Pastor Alemán, Border Collie y Boyero Australiano
  • Una detección a tiempo es esencial: las opciones de tratamiento incluyen la lensectomía (extirpación quirúrgica del cristalino) en casos tempranos, mientras que los casos avanzados pueden requerir la extirpación completa del ojo mediante enucleación
  • Los cuidados postoperatorios conllevan la hospitalización, la restricción de movimientos, el uso de un collar isabelino y tomar medicamentos. Tu mascota debe permanecer en reposo durante el proceso de recuperación

¿Cuándo fue la última vez que miraste con atención los ojos de tu mascota? Si notas ciertos síntomas como enrojecimiento, lagrimeo, opacidad o visión borrosa, o si parece que les duele, ten cuidado: podría tratarse de una afección grave llamada luxación primaria del cristalino (PLL, por sus siglas en inglés).

La PLL es una enfermedad ocular hereditaria que causa dolor intenso y, en caso de no tratarse, puede provocar pérdida de visión y ceguera permanente en los perros. La buena noticia es que si estás atento a las señales de alerta y actúas de inmediato, las posibilidades de salvar la vista de tu perro son altas.

¿Qué es la luxación primaria del cristalino?

El cristalino es una parte del ojo que se encuentra detrás del iris. Es el encargado de enfocar la luz en la retina para la visión. Esta estructura se sostiene por diversos ligamentos llamados zónulas. No obstante, cuando estas fibras o ligamentos se rompen o debilitan, el cristalino se desplaza de su posición, a esto se le conoce como luxación del cristalino.  

Pero ¿qué causa en realidad el desgaste de las zónulas? Existe una mutación genética causante de que ciertas razas de perros tengan un riesgo mayor  de desarrollar PLL. La presión en el interior del ojo aumenta a medida que el cristalino se desplaza de forma irregular. Existen dos tipos de PLL, estos dependen de la dirección en la que se luxa el cristalino. Si se luxa hacia delante, se conoce como luxación anterior del cristalino. Cuando se luxa hacia atrás, esto se conoce como luxación del cristalino posterior. 1

De acuerdo con el Centro de Salud Canina Cornell Richard P. Riney, la luxación del cristalino anterior es más peligrosa ya que aumenta con rapidez la presión en el interior del ojo (glaucoma). Los veterinarios la consideran como una urgencia porque puede provocar dolor intenso y causar ceguera. Por otro lado, la luxación posterior del cristalino provoca menos inflamación, lo que reduce el riesgo de desarrollar glaucoma. 2

Detección de síntomas del PLL: ¿qué razas tienen un riesgo mayor?

En la mayoría de los casos, el PLL se produce cuando el perro tiene entre 3 y 8 años, aunque los cambios en la estructura ocular pueden ser perceptibles a partir de los 20 meses de edad. 3 Estos son algunos de los síntomas más comunes de esta condición:

  • Lagrimeo
  • Ojos entrecerrados
  • Opacidad o visión nublada
  • Dolor
  • Enrojecimiento de los ojos
  • Cambio en la forma o el tamaño de la pupila
  • Mancha blanca visible delante del iris

Razas como los Terriers, Crestado Chino, Shar Peis, Pastor Alemán, Border Collie y Boyero Australiano tienen un riesgo mayor de desarrollar PLL, dado que padecen la mutación genética que provoca el deterioro de las zónulas. 4

Diagnóstico y tratamiento de la PLL

Tu perro depende de ti para que cuides de su salud, así que si detectas cambios repentinos en el aspecto de sus ojos o si muestra molestias o dolor ocular, como cuando se rasca o toca mucho la cara, llevalo de inmediato al veterinario. La detección temprana de esta condición es esencial para salvar la vista de tu mascota.

El veterinario le realizará un examen ocular completo para confirmar esta condición. En caso de necesitar pruebas adicionales, es posible que lo deriven a un oftalmólogo veterinario que pueda realizarle una ecografía ocular para ver las estructuras internas de los ojos de tu mascota.

Si se confirma que tu perro tiene una luxación posterior, el veterinario te pedirá que lo vigiles con atención; si hay signos de incomodidad o algún cambio de aspecto en el ojo tendrás que llevarlo de nuevo, ya que podría significar que el cristalino ha caído hacia delante, lo que resulta en una luxación anterior. Cuando esto ocurre, es necesaria una intervención quirúrgica inmediata para evitar la ceguera. 5

"Antes de que el cristalino se salga por completo de su posición, puede 'tambalearse' a medida que algunos de los ligamentos comienzan a romperse. Esto es conocido como subluxación del cristalino. Algunos oftalmólogos veterinarios prefieren operar antes de que el cristalino se disloque por completo, con el fin de evitar complicaciones más graves que pueden derivarse de una luxación completa", explica un artículo publicado en VCA Animal Hospitals. 6

Cuando se detecta a tiempo, el veterinario puede recomendar una lensectomía, que consiste en realizar una pequeña incisión en el ojo para extraer el cristalino. Después, la incisión se cierra con pequeñas suturas y con el tiempo estas suturas se disuelven y se absorben. Los perros con lensectomía conservan la vista, aunque es probable que sufran hipermetropía. 7

Sin embargo, si la enfermedad ha avanzado más, es posible que ya no se pueda salvar el cristalino; la segunda mejor opción es que un oftalmólogo veterinario extirpe el ojo afectado (enucleación). 8

Cuidados para tu perro tras la cirugía

Es posible que tengas que hospitalizar a tu perro durante unos días después de la intervención quirúrgica para vigilarlo y permitirle un descanso y una recuperación adecuada. Una vez que el veterinario te dé el visto bueno para llevar a tu mascota a casa, limita sus movimientos. Haz que se quede en una habitación o jaula donde pueda estar en reposo mientras se cura.

Ponle un collar isabelino; saltar y correr por las escaleras queda prohibido. Cuando tu mascota esté lista para salir, usa una correa. Adminístrale su medicación postoperatoria siguiendo las indicaciones del veterinario.