📝    HISTORIA EN BREVE

  • Un perro pastor australiano de 2 años de edad llamado Ruger fue diagnosticado con agresión territorial después de morder a un hombre que pasaba frente a su casa
  • Ruger desarrolló su problema de conducta mientras pasaba horas solo en su patio trasero, corría por la cerca y le ladraba a las personas y a los perros en el campo de golf detrás de su casa
  • La agresión territorial se diferencia de la agresión por miedo en que suele desarrollarse más tarde y ocurre justo en el límite del territorio del perro
  • El tratamiento de Ruger consistió en supervisarlo cuando estaba afuera, evitar los estímulos que lo provocaban y enseñarle una respuesta alternativa cuando se encontraba con personas a lo largo de su cerca o en sus caminatas
  • Los dueños de perros no deberían usar patios cercados como un lugar para dejar a sus perros, ya que estos suelen empezar a reaccionar ante estímulos externos al patio, lo que puede llevar a exhibiciones extremas de territorialismo

En 2018, hubo un informe de caso en una revista veterinaria sobre un perro diagnosticado con agresión territorial. 1 Es un caso interesante que ilustra la influencia del entorno en el comportamiento de un perro, y lo común que es para los dueños de mascotas pasar por alto las asociaciones entre ambos.

Historial del comportamiento de Ruger

En el momento en que se publicó el informe del caso, Ruger era un perro pastor australiano macho sin castrar de 2 años que terminó en el consultorio de un veterinario especialista en comportamiento después de morder a un hombre que pasaba caminando frente a la casa del perro. La mordedura del perro fue tan grave que rasgó los jeans del hombre y le provocó dos perforaciones superficiales y varios raspones en el muslo.

El dueño de Ruger lo compró a un criador local cuando tenía 10 semanas, asistió a clases para cachorros a las 16 semanas de edad y le fue bien. Cuando tenía unos 10 meses, Ruger comenzó a gruñir y ladrarle a las personas que pasaban por su casa, así como a los desconocidos que venían de visita. Estos comportamientos se intensificaron a lo largo del año siguiente.

Seis meses antes de morder al hombre, Ruger comenzó a ladrar a los perros y a ciertas personas cuando su dueño lo sacaba a pasear por el vecindario. Por interesante que parezca, no ladraba a los perros ni a las personas cuando visitaba las casas de amigos o familiares, ni tampoco durante las visitas al veterinario.

Además, Ruger iba al parque para perros con regularidad y a la guardería para perros unas cuantas veces al mes sin incidentes, y no tenía problemas médicos pasados ni actuales. En la clínica veterinaria, Ruger movia la cola, era amigable con el personal, aceptaba con gusto los premios cuando se los ofrecian y respondia bien a su nombre y a la orden de sentarse.

Cómo Ruger desarrolló agresión territorial

La Dra. Lore Haug etóloga veterinaria que trata a Ruger, se enteró por el dueño de Ruger que el perro pasaba mucho tiempo solo en su patio trasero, que estaba rodeado por una cerca de hierro forjado de 5 pies de alto y con un campo de golf detrás de su casa. Debido a que Ruger estaba solo en el patio y con tiempo y energía de sobra, desarrolló el hábito de correr a lo largo de la cerca, le ladraba y gruñía a las personas, los perros y los carros de golf que pasaban.

La Dra. Lore diagnosticó a Ruger con agresión territorial como resultado de pasar mucho tiempo al aire libre y de un comportamiento reforzado. La Dra. Lore señaló que ciertas razas de perros, sobre todo las razas de perros guardianes y de pastoreo, son más propensas a desarrollar una agresión territorial excesiva que otras razas. Además, una socialización insuficiente o inadecuada podría agravar el problema. La Dra. Lore explicó:

"Sin embargo, el comportamiento, ya sea agresivo o no, es siempre una reacción a algún aspecto del entorno del perro, más que un aspecto del perro en sí. La genética y las experiencias perinatales afectan la probabilidad con la que se desarrollan algunos comportamientos, pero deben existir condiciones del ambiente apropiadas para que el comportamiento se exprese".2

La Dra. Lore señaló que, si bien, la testosterona puede influir en la agresión, muchos perros machos sin castrar no tienen problemas de conducta. También señaló que un "número cada vez mayor de investigaciones" sugiere que los perros castrados en realidad pueden tener un riesgo mayor de presentar ciertos comportamientos no deseados, como ansiedad y agresión, que los perros sin castrar.

La diferencia entre la agresión territorial y la agresión por miedo

El comportamiento territorial es normal en los perros, e incluso el perro más amigable suele ladrar cuando un humano o animal desconocido llega a su territorio. Los perros de familia suelen considerar la casa y el jardín de su dueño como su territorio, y esto puede extenderse al espacio alrededor de un vehículo que usan con frecuencia, así como a su propia jaula o transporadora.

Es fácil detectar la agresión territorial porque suele ocurrir justo en el límite del territorio del perro y a menudo surge por primera vez alrededor de los 8 a 10 meses de edad. Esto es diferente de la agresión por miedo, que suele manifestarse mucho antes. El comportamiento territorial se intensificará en uno o dos años sin una intervención adecuada.

En el caso de Ruger, el problema fue el tiempo que pasó afuera solo y que “practicaba” sus reacciones territoriales agresivas. Cuando Ruger corría por la cerca, y le ladraba a las personas, estas desaparecían y su comportamiento se reforzaba. Las barreras, como la valla que rodea el patio trasero, tienden a agravar estos comportamientos.

Otro ejemplo que ofrece la Dra. Lore es la reacción intensa que tienen muchos perros cuando alguien toca el timbre o llama a la puerta principal. Estos perros están tan agitados que, si se permite que el comportamiento continúe, podría acabar en una mordedura. En el caso de Ruger, realizaba su comportamiento territorial usual cuando mordió al hombre. La diferencia fue que Ruger logró atravesar la valla.

"Existe un riesgo mayor de mordedura por un perro fugitivo que por gran parte del día patrulla el perímetro de la propiedad, corre por la cerca y ladra a humanos y otros animales de la casa", explicó la Dra. Lore.

Manejo y prevención de la agresión territorial

La Dra. Lore le aconsejó al dueño de Ruger que lo dejara salir solo bajo supervisión y que evitara situaciones en las que se sabía que se comportaba de manera agresiva hacia las personas u otros perros. Ruger comenzó un entrenamiento básico de obediencia , y su dueño también empezó a entrenarlo para que realizara un comportamiento alternativo cuando se encontrara con personas a lo largo de su cerca o en sus caminatas.

"Cuando se maneja cualquier problema de conducta", indicó la Dra. Lore, "es crucial evaluar el entorno del paciente y el contexto en el que ocurre el comportamiento problemático. La información sobre el entorno del animal es a menudo mucho más importante que la información sobre el animal en sí".

Los problemas de comportamiento en los perros casi siempre se pueden rastrear hasta su entorno, pasado o presente, e incluyen la comida que comen, la forma en que pasan el tiempo, la relación que tienen con sus dueños, el entrenamiento previo (o la falta del mismo), los métodos de entrenamiento y muchos otros factores.

Los patios cercados no deben usarse como alternativa a los cuidadores de perros

Muchos dueños de mascotas eligen casas con patios cercados (o cercan un patio existente) para que su perro tenga un lugar para correr sin correa.

"El problema con eso", explicó el veterinario y especialista en comportamiento animal Dr. John Ciribassi, "es que la gente empieza a usar sus patios como cuidadores de perros. Sin embargo, los perros no solo necesitan ejercicio físico, también necesitan ejercicio emocional, es decir, recibir estimulación mental."3

Como fue el caso de Ruger, lo que sucede a menudo es que el perro empieza a reaccionar a estímulos externos al patio, lo que puede provocar manifestaciones extremas de territorialismo. Estos incluyen ladrar en exceso, saltar la cerca y exhibir señales de hostilidad hacia las personas u otros perros que pasan. El consejo del Dr. John es que no permitas que un patio cercado sustituya los paseos diarios con correa por el vecindario y el entrenamiento de comportamiento continúo basado en premios.

"En segundo lugar", señaló el Dr. John, "cuando tu perro esté en tu patio cercado, deberías estar allí con él.  Juega con él y participa en ejercicios de entrenamiento, o solo pasen tiempo juntos. Los perros son sociales", nos recordó el Dr. John, "y dejarlos solos en el patio es como tomar a un bebé y meterlo en un parque infantil mientras sales a trabajar".