📝 HISTORIA EN BREVE
- Existen cinco cosas que pueden hacer que tu perro o gato se atragante o se ahogue. Saber cuáles son no solo te puede ayudar a salvarle la vida, sino que también puede evitar que algo así le pase
- Muchas veces, no se trata de un objeto grande lo que hace que tu mascota se ahogue. De hecho, casi siempre es algo lo bastante pequeño como para quedarse atorado al fondo de la garganta y bloquearle el paso del aire
- Si tu perro o gato se ahoga pero aún puede respirar, llévalo al veterinario más cercano. Pero si ya no puede respirar, usa la maniobra de Heimlich para mascotas, que consiste en aplicar compresiones en el pecho
- El asma, el colapso de tráquea y la tos de las perreras son solo algunos de los problemas que podrían hacer que tu mascota se ahogue o que te des cuenta de que algo no anda bien
- Los perritos mayores podrían ser más propensos a sufrir colapso de tráquea. Por desgracia, aun no existe cura para esta afección, pero si el veterinario te ha dicho que tu perro tiene este trastorno, existen medidas que puedes seguir para disminuir el impacto
Cualquiera que haya tenido un perro o un gato sabe lo mucho que pueden asustarte cuando hacen ciertos ruidos o se comportan de forma rara y te das cuenta de que empiezan a ahogarse. A veces no sabes cuál fue la causa del problema, solo sabes que quieres ayudar de inmediato. Aunque un objeto extraño suele ser una causa, no es lo único que puede causar problemas. Existen cinco peligros básicos y bastante comunes que pueden provocar atragantamiento tanto en gatos como en perros. 1
Esta información podría ayudarte a salvarle la vida a tu mascota si algún día se ahoga, y también puede servirte para prevenir una situación así. Tanto los perros como los gatos a veces muerden cosas que no pueden tragar, ya sea un pedazo de zapato, un trozo de la pata de una mesa o una parte pequeña de un juguete de niño. Por obvias razones, algunos objetos pueden ser más peligrosos que otros, ya sea una astilla de madera, un hueso o un globo que podría ser tóxico o demasiado grande como para cortarles las vías respiratorias (o ambos).
Objetos extraños
Muchas veces no es algo grande lo que causa el problema; de hecho, casi siempre es un objeto pequeño, justo del tamaño perfecto para quedarse atorado en el fondo de la garganta. Existen cosas que al inicio no representan riesgos, como un hueso de carnaza o algún otro juguete, pero después de tanto morderlos se hacen tan chicos que pueden convertirse en un peligro. En pocas palabras, si algo es del tamaño justo para quedarse atorado en la tráquea del animal, puede poner en riesgo su vida.
Una buena regla es que, si le das a tu perro algo para morder, como un tendón o un hueso de carnaza (aunque no se recomienda), te quedes cerca para poderlo vigilar. En cuanto el objeto se haga tan chico que solo le sobresalga un cachito por cada lado de la boca, es momento de tirarlo.
Sin embargo, algo que debes tener muy claro es que, por más confianza que tengas con tu mascota y por más tranquila que se porte, todo cambia si intentas sacar algo atorado en su boca. Por muy horrible que sea la situación, recuerda mantener la calma.
PetMD recomienda que si tu perro todavía puede respirar, lo lleves de inmediato al veterinario o a un centro de urgencias veterinarias. Pero si ya no puede respirar, usa compresiones en el pecho para sacar el objeto. Según el tamaño del animal, el procedimiento cambia, como explica este artículo sobre la maniobra de Heimlich para mascotas. Sin embargo:
"Si tu perro se desmaya, solo debes abrirle la boca y tratar de sacar el objeto. Utiliza ambas manos para abrir la boca y sujeta la mandíbula superior mientras presionas los labios sobre los dientes, de modo que los labios queden entre los dientes y tus dedos. Mira dentro de la boca y si es posible, retira el objeto atorado. Si no puedes sacar el objeto, intenta usar una cuchara plana para levantarlo y sacarlo.2
En el caso de los gatos, las cuerdas, hilos, cintas y cosas similares son muy difíciles de resistir, y pueden morder cualquiera de estas cosas hasta que se les enrede alrededor de la lengua. La única forma de evitar este problema es mantener estas cosas fuera de su alcance. Los juguetes con partes pequeñas se deben colocar en un lugar donde no puedan causar problemas hasta que puedas vigilarlos.
Otra cosa muy diferente son los cables eléctricos, que son una tentación tanto para perros como para gatos, y las consecuencias se notan muy rápido. Aunque es posible que el riesgo de electrocución no cause peligro de atragantamiento, el resultado puede ser igual de grave. Pero hay otra posibilidad que quizá no conozcas: el edema pulmonar, que ocurre cuando se acumula líquido en los pulmones del animal y dificulta el intercambio de oxígeno. Por lo tanto, ten en cuenta esta posibilidad y vigila a tus mascotas.
Asma felina
Al hablar de los gatos, el asma puede hacer que tu mascota tenga ataques de tos, se ahogue o respire con problemas porque se le bloquea la vía respiratoria. El asma felina es una enfermedad causada por una alergia a algo en el ambiente, como el polen o los ácaros del polvo. Se considera una afección inflamatoria crónica para la que no existe cura. Sin embargo, te recomiendo que hables con tu veterinario integrativo, ya que podrá sugerirte métodos para prevenir esta situación.
Eliminar los factores que provocan los ataques, limpiar el ambiente de tu gato y cuidar su alimentación, junto con un protocolo natural antiinflamatorio, puede mejorar mucho los síntomas y reducir la cantidad de medicamentos que necesita para controlar el asma.
Colapso de la tráquea
Los perros pequeños que ya pasaron sus mejores años también podrían ser propensos al colapso de tráquea, una afección común que puede causar que tu mascota se ahogue. En específico, la tráquea en forma de C que conecta su nariz y boca con los pulmones está hecha de cartílago.
Puede que sea por la edad, pero esa zona puede ser más “blanda,” y cuanto más esfuerzo hace el animal para respirar, más se aplana, como cuando usas un popote para tomar un licuado espeso. Por desgracia, aun no existe cura para esta afección, pero si el veterinario te ha dicho que tu perro tiene este trastorno, existen medidas que puedes seguir para disminuir el impacto.
Primero, controla el peso de tu perro, porque cuando está pasado de kilos, parece que el problema empeora. Además, no los dejes solos en calor extremo, porque eso hace que jadeen más fuerte. Si notas que a veces les cuesta respirar, podrías hablar con tu veterinario para que les recete un jarabe para la tos. También se pueden administrar suplementos para fortalecer el cartílago y mantener la integridad del cartílago de la tráquea.
Enfermedad infecciosa
Es posible que hayas oído hablar de la tos de las perreras, que es una enfermedad respiratoria también conocida como traqueobronquitis. Más que ser un solo problema, también se usa como un término general para varios organismos infecciosos diferentes. Además, es parecido a cuando una persona se resfría porque alguien le estornudó cerca, se pasa muy fácil entre perros; a veces porque uno con tos escupe flema y los otros la huelen.
Los perros con tos de las perreras no solo tosen; a menudo tosen fuerte, como si tuvieran algo atascado en la garganta, o escupen espuma. La mayoría de los casos de tos de las perreras se resuelven por sí solos sin intervención médica. La mejor protección contra la infección de tos de las perreras es un sistema inmunológico sano y equilibrado.
Otra afección es la celulitis juvenil, que es un problema en la piel con bultitos y pus, sin causa conocida, que afecta a perros jóvenes entre las tres semanas y los cuatro meses. Les puede dar síntomas parecidos a los de la gripe, y también se les inflama la garganta y los ganglios. 3
Collares restrictivos
Este problema es prevenible y, en realidad, nunca debería ocurrir. Sin embargo, según el tipo de collar que use tu gato o perro, puede apretarse como un cinturón de seguridad que se tensa cuando se mueve o cuando el animal tira de la correa. En cachorros y gatitos que crecen rápido, puede parecer que fue hace nada cuando te preocupabas por si el collar les quedaba muy flojo o muy apretado.
Solo asegúrate de revisar seguido qué tan apretado está el collar, no solo cuando son chiquitos y están creciendo, porque podrían engancharlo con algo y apretárselo sin querer.
Para evitar este riesgo de atragantamiento, deberías poder meter dos dedos entre el collar y el cuello de tu mascota, que entren justos, así te aseguras de que le quede bien ajustado, pero sin apretar. Si tu mascota jala del collar porque quiere ir más rápido que los demás, se convierte en un problema constante, es posible que sea necesario un entrenamiento adicional. Por lo que, si tu perro tira mucho de la correa, lo mejor es usar un collar de cabeza o un arnés antitirones, así evitas que se lastime la tráquea o el cuello.
🔍 Fuentes y referencias
- 1,2,3 PetMD, June 17, 2024
 
						    
            